lunes, 9 de noviembre de 2015

DEVARIM 27: Ceremonia en el Monte Ebal

(Deuteronomio)

Habiendo ya terminado la recapitulación de todos los mandamientos en el capítulo anterior (caps. 5-26), Moisés anima al pueblo a que pongan en práctica la enseñanza que recibieron…
(Deu. 27:1) Ordenó Moisés, con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaréis todos los mandamientos que yo os prescribo hoy.

Es necesario que el conocimiento no sólo se quede en la cabeza sino que se ponga en práctica y así transforme las vidas.


MONUMENTO DE TESTIMONIO
Moisés instruye al pueblo construir un monumento de piedra, en el cual debían escribir la Ley que acababan de recibir (Deu. 27:8).  Posiblemente sólo estarían escritos los 10 Mandamientos, que sirven como resumen de toda la Torá.  Este monumento les servirá de recordatorio para que cumplan la Ley de Dios cuando entren en la Tierra Prometida.
(Deu. 27:2-3)  Y el día que pases el Jordán a la tierra que Jehová tu Dios te da, levantarás piedras grandes, y las revocarás con cal; y escribirás en ellas todas las palabras de esta ley, cuando hayas pasado para entrar en la tierra que Jehová tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho. 


Moisés señaló el lugar preciso donde debían levantar este monumento de piedra…
(Deu. 27:4) Cuando, pues, hayas pasado el Jordán, levantarás estas piedras que yo os mando hoy, en el monte Ebal, y las revocarás con cal; 

El Monte Ebal está en el centro de la Tierra Prometida (hoy en Samaria). Al pie del Monte Ebal estaba localizado el pueblo de Siquem (hoy Nablus).  Del otro lado del valle está el Monte Gerizim.

La elección de ese lugar no era al azar.  Precisamente en ese sitio fue donde Abraham hizo el primer altar cuando entró a la Tierra Prometida.
(Génesis 12:5-7) Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.  Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra.  Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.

La entrada de los israelitas en la Tierra y la edificación del monumento en el Monte Ebal marcarían el cumplimiento de la promesa que Dios le hizo a Abraham.  Efectivamente, el Señor le dio descendencia a Abraham y ellos poseyeron la Tierra Prometida.

A la par del Monumento de la Ley, los israelitas debían edificar también un altar, tal como lo hizo el patriarca Abraham…
(Deu. 27:5-7)  y edificarás allí un altar a Jehová tu Dios, altar de piedras; no alzarás sobre ellas instrumento de hierro.  De piedras enteras edificarás el altar de Jehová tu Dios, y ofrecerás sobre él holocausto a Jehová tu Dios; y sacrificarás ofrendas de paz, y comerás allí, y te alegrarás delante de Jehová tu Dios. 


SITIO DESCUBIERTO
En 1980, el arqueólogo israelita Adam Zertal descubrió lo que podría ser el Altar de Josué.  



No está al pie del Monte Ebal, como los samaritanos creían, sino en un punto alto.  Desde allí no es visible el Monte que los samaritanos llaman “Gerizim”, por lo que el arqueólogo ha dicho que el Gerizim original es otro monte cercano (hoy llamado Monte Kabir).  Un dato interesante es que en el supuesto “monte Gerizim” los samaritanos construyeron un templo que sustituyó al Templo en Jerusalén.  Ése era una de las principales fuentes de conflicto entre judíos y samaritanos.  Jesús hizo referencia a esto cuando habló con la mujer samaritana en el pozo de Jacob (Juan 4:9-24).

ACTO PROFÉTICO
Moisés instruyó a la Nueva Generación que, luego de levantar el Monumento y el Altar en el Monte Ebal, debían hacer una ceremonia en que se comprometían a cumplir los mandamientos de Dios.
(Deu. 27:9-10)  Y Moisés, con los sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Guarda silencio y escucha, oh Israel; hoy has venido a ser pueblo de Jehová tu Dios.  Oirás, pues, la voz de Jehová tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus estatutos, que yo te ordeno hoy. 

Todo el pueblo volvería a oír la Ley, y confirmar el Pacto con Dios, como en el Monte Sinaí pero ahora estando ya en la Tierra Prometida.  Al final de la ceremonia, las doce tribus se dividirían en dos grupos; seis tribus se pararían viendo hacia el Monte Gerizim y las otras seis se volverían hacia el Monte Ebal. 
(Deu. 27:11-13)  Y mandó Moisés al pueblo en aquel día, diciendo: Cuando hayas pasado el Jordán, estos estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al pueblo:  Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín.  Y éstos estarán sobre el monte Ebal para pronunciar la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí. 

En Devarim leemos la instrucción que Moisés dio para esa ceremonia, pero en el libro de Josué leemos cuando los israelitas finalmente lo cumplieron (Josué 8:30-35). 

En el siguiente capítulo (Deu. 28) veremos cuáles son estas bendiciones y maldiciones…

POR VOZ DE LOS LEVITAS
Al final de este capítulo (Deu. 27) se mencionan unas advertencias dadas por los levitas, la tribu trece que fue dedicada para servir al Señor (Deu. 27:14-26).  ¿Por qué se mencionan a parte de las maldiciones del capítulo siguiente?  Tal vez porque son temas de santidad, o tal vez por tratarse de actos que pueden hacerse sin que nadie se dé cuenta.  Los levitas advirtieron que vendría maldición a los que hicieran lo siguiente:

  • Fabricación de ídolos
  • Robo de propiedad
  • Engaño al ciego
  • Aprovecharse de los extranjeros, huérfanos y viudas
  • Relaciones prohibidas (con la madrastra, hermana o suegra, o animales)
  •  Herir al prójimo a escondidas
  • Asesinato a sueldo


La última maldición hace referencia a la falta de voluntad de someterse a la Ley de Dios:
(Deu. 27:26)  Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas.  Y dirá todo el pueblo: Amén.

Como hemos dicho, Dios no quiere maldición para su pueblo; más bien, Él quiere que haya bendición.  Pero, al final, es una elección que cada uno hace, pues Dios nos ha dado libre albedrío.
(Deu. 30:19) …os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición;  escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.

La obediencia trae bendición, y la desobediencia, maldición.

En el próximo capítulo leeremos en qué consisten estas bendiciones y las maldiciones…


  Más lecciones de Deuteronomio: DEVARIM (Deut.)
*  Clase de Biblia en audio: DEVARIM AUDIO





1 comentario:

  1. hola, antes de leer bien este estudio de biblia, pense que la maldicion se referia a que, el monte Ebal, no se iva a producir nada, es decir tierra arida, en cambio en el otro monte seria lo contrario, pero ya entendi. muchas gracias

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