sábado, 8 de noviembre de 2014

HECHOS 26: Testimonio ante Agripa



De nuevo, Pablo tuvo la oportunidad de dar su testimonio delante de reyes, gobernantes y otros líderes. Esto no sólo le pasó a Pablo, sino podría pasarle a cualquier seguidor de Jesús. El Señor dijo lo siguiente a sus discípulos:
(Mateo 10:16-20) He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. (17) Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; (18) y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. (19) Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. (20) Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

En esta ocasión, Pablo tuvo la oportunidad de hablar delante de un rey: Herodes Agripa II…
(Hechos 26:1-3) Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó así su defensa: (2) Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que haya de defenderme hoy delante de ti de todas las cosas de que soy acusado por los judíos. (3) Mayormente porque tú conoces todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.

EL REY AGRIPA
Agripa era judío, pero era rey porque así lo habían permitido los romanos. Ni Agripa ni sus antecesores eran del linaje de David; más bien, venían de Idumea y eran descendientes de Esaú (también llamado Edom—Gen. 25:30; 36:1).  

El gobernador Agripa era también conocido como Herodes Agripa II; él era hijo de Herodes Agripa I, y nieto de Herodes el Grande. Por varias generaciones los Herodes habían sido reyes de Judea, bajo el auspicio de los romanos. En las provincias del imperio romano había presencia del gobierno de César (tribunos, gobernadores y ejército); pero los romanos asignaban gobernantes locales que les ayudaban a guardar la paz y el orden en las distintas regiones, teniendo estos líderes locales mejor entendimiento de las poblaciones.  Uno de estos líderes locales era Agripa, y los demás Herodes.

Dado que Agripa era judío, Pablo estaba contento de poder exponer su caso ante él, porque sabía que él entendería mejor lo que iba a decir…
(Hechos 26:4-5) Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos; (5) los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo.

Pablo se presentó como alguien cumplidor de la Ley de Dios. Lo único de lo cual le podían acusar, en un sentido religioso, es por creer en Jesús y la resurrección. 
(Hechos 26:6-8) Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio; (7) promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de día y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos. (8) ¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos?

Luego Pablo dio su testimonio de cómo conoció a Jesús, confesando que antes había perseguido a los creyentes…
(Hechos 26:9-15) Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; (10) lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. (11) Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras. (12) Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales sacerdotes, (13) cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. (14) Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. (15) Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.

Después de explicar cómo había llegado a creer en Jesús, Pablo prosiguió a explicar el llamado que Dios le encomendó para llevar las Buenas Nuevas aún a los gentiles.
(Hechos 26:16-20) Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, (17) librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, (18) para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados. (19) Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, (20) sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.

Pablo explicó que ésta era la verdadera razón por la cual los líderes religiosos lo perseguían y deseaban su muerte.
(Hechos 26:21-23) Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo, intentaron matarme. (22) Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: (23) Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.

Pablo no había explicado tan claramente las cosas ante las otras autoridades romanas como lo hizo en ese momento, ya que sabía que ellos no entenderían todo. Eso se hizo evidente en la reacción que tuvo Festo ante esta explicación…
(Hechos 26:24-25) Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. (25) Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura.

Ciertamente el gobernador romano no podía entender estos argumentos que eran espirituales, pero Pablo sabía que Agripa sí lo comprendería porque era judío.
(Hechos 26:26-27) Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón. (27) ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees.

La reacción de Agripa a estas palabras de Pablo es sorprendente…
(Hechos 26:28) Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano.

Otra versión traduce este versículo de la siguiente manera:
(LBLA, Hechos 26:28)  Y Agripa respondió a Pablo: En poco tiempo me persuadirás a que me haga cristiano.

El rey tuvo la oportunidad de oír el Evangelio, y pudo haber creído en Jesús…lamentablemente no lo hizo.  Esa elección la tiene todo ser humano.
(Hechos 26:29) Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!

Al final, el rey Agripa lo declaró inocente. A lo largo de todo el juicio contra Pablo, ninguna de las autoridades pudo encontrar nada mal en Pablo, ni nada que justificara su muerte ni su prisión.
(Hechos 26:30) Cuando había dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos; (31) y cuando se retiraron aparte, hablaban entre sí, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisión ha hecho este hombre.

Al final, Agripa dijo algo que podría sorprendernos:
(Hechos 25:32) Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.

Tal vez si Pablo hubiera apelado al rey Agripa, en lugar de a César, él hubiera sido puesto en libertad en ese momento. ¿Se lamentó Pablo de haber dicho eso? En realidad no había nada de que lamentarse ya que el propósito de Dios para Pablo es que él fuera a Roma.  La meta no es ser “libre” o “próspero” o hacer lo que queremos; nuestra verdadera meta debe ser cumplir la voluntad de Dios y unirnos a Su propósito.   

En el siguiente capítulo veremos lo que pasa en el camino hacia Roma…


7 comentarios:

  1. hola .. creo que se debería analizar nuevamente el pasaje 26:29 ya que, colocan que es"esa elección la tiene todo ser humano" y según lo que he venido estudiando en esta pagina no fue la elección de pablo ser seguidor de Jesús por ejemplo fue El señor quien lo eligió y así lo quiso y así fue, si en ese momento el rey Agripa respondió eso simplemente porque El señor así lo quiso por lo menos en ese momento que se le predico no le quiso revelar y ya. pero no es una elección del ser humano es como quitarle autoridad a Dios decir que El esta sujeto a lo que nosotros decidamos. muchas gracias.

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    1. Dios eligió a Pablo, pero él mismo tuvo que tomar la decisión de creer en Jesús o no. A partir de la revelación que tuvo decidió creer.

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  2. Gracias aDios primera mente este pasaje me a enseñado mucho

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  3. La elección de que hacer o no cuando su palabra es predicada depende de cada uno. Ahí es cuando se cumple su promesa que "tu y tu casa serán salvo".... la oportunidad de aceptar, creer, arrepentirse la tendrán; de ahí, a que la tomen o la dejen depende de cada uno. Yo no puedo decidir por mi hijo, por ejemplo, pero si le doy la oportunidad como la tuve yo. Dios respeta como un caballero nuestra voluntad..."no queriendo que nadie perezca sino que todos se arrepientan".....
    Ante el tribunal de Cristo, el rey Agripa, Berenice, Festo,.....no tendrán excusas,sopesarán sus respuestas y el Señor presentará sus pruebas ....

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  4. Estoy exactamente de acuerdo asi es cuando el señor los escoje asi como escojio a pablo asi el señor los llama a muchos pero como dice su palabra no ser oidores si no hacedores de su palabra muchas personas reciben el evangelio de nuestro señor jesuscristo pero no todos le seguimos ahi tiene la parabola de la semilla en mateo q la semilla cae en cada uno de nosotros pero si no cae en tierra fertil no dara frutos asi q el señor los elige pero esta en hacer nosotros seguir sus caminos o no px muchas personas se convierten al evangelio por un tiempo y despues vuelven a su vida actual por el contrario otrs personas siempre estan firmes ay unas q se enferman y buscam de Dios pero cuando se sanan luego siguen en su vida y no se acuerdan quien les dio la vida

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  5. Los seres humanos tenemos una voluntad y Dios le da la oportunidad de aceptarlo o rechazarlo .el no toma la decisión por nosotros .esa decisión la tomamos nosotros que es de vida eterna o muerte eterna .Dios los bendiga

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