sábado, 12 de julio de 2014

HECHOS 17. De Macedonia a Atenas




En el capítulo 17 de Hechos, seguimos el recorrido del Segundo Viaje Misionero de Pablo.  Como vimos, él iba acompañado de Silas, y también se les unió Timoteo en el camino.  Al salir de Macedonia, la ruta que siguieron fue la siguiente:  Macedonia * Anfípolis * Apolonia * Tesalónica

Aunque Anfípolis y Apolonia eran ciudades de considerable tamaño, no se detuvieron allí, sino que siguieron hasta Tesalónica, donde había una sinagoga.  Pablo fue llamado a ser apóstol de los gentiles, pero siempre le daba prioridad a sus hermanos judíos (Rom 2:9-19; Rom. 1:16).
(Hechos 17:1)  Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. 

Como solía hacerlo, Pablo se dirigió a la sinagoga en el día de reposo (heb. Shabat)…
(Hechos 17:2-3)  Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, (3)  declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo. 

Pablo se quedó en Tesalónica casi un mes, compartiendo el mensaje que llevaba.
Pero no sólo se quedó compartiendo, sino también trabajando, tal como podemos leer en su carta a los Tesalonicenses…
(1 Tes. 2:5-9) Porque nunca usamos de palabras lisonjeras,  como sabéis,  ni encubrimos avaricia;  Dios es testigo;  (6)  ni buscamos gloria de los hombres;  ni de vosotros,  ni de otros,  aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.  (7)  Antes fuimos tiernos entre vosotros,  como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos.  (8)  Tan grande es nuestro afecto por vosotros,  que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios,  sino también nuestras propias vidas;  porque habéis llegado a sernos muy queridos.  (9)  Porque os acordáis,  hermanos,  de nuestro trabajo y fatiga;  cómo trabajando de noche y de día,  para no ser gravosos a ninguno de vosotros,  os predicamos el evangelio de Dios.

(2 Tes. 3:7-10)  Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos;  pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros,  (8)  ni comimos de balde el pan de nadie,  sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche,  para no ser gravosos a ninguno de vosotros;  (9)  no porque no tuviésemos derecho,  sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.  (10)  Porque también cuando estábamos con vosotros,  os ordenábamos esto:  Si alguno no quiere trabajar,  tampoco coma.  (11)  Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente,  no trabajando en nada,  sino entremetiéndose en lo ajeno.  (12)  A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo,  que trabajando sosegadamente,  coman su propio pan.  (13)  Y vosotros,  hermanos,  no os canséis de hacer bien.

En el próximo capítulo veremos que Pablo trabajaba en el oficio de hacer tiendas (Hechos 18:3).  Aunque en ocasiones los hermanos apoyaban económicamente a Pablo, él no quería ser carga para ellos, y él trabajaba para mantenerse.  

En Tesalónica, muchos judíos creyeron en Jesús, no sólo por el testimonio de Pablo sino por lo que decían las Escrituras.  También creyeron muchos griegos temerosos de Dios.
(Hechos 17:4)  Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas. 

Pero no todos los judíos recibieron bien el mensaje de Pablo.  Los que no creyeron buscaron la forma de deshacerse de Pablo.
(Hechos 17:5)  Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. 

No sólo en Tesalónica sino en otros lugares hemos visto lo mismo: los enemigos de Pablo lo acusan falsamente de causar alboroto, con el fin de que las autoridades locales traten con ellos, y finalmente se deshagan de ellos.  Por ser extranjeros y visitantes a quienes nadie conoce, es fácil crear conjeturas en torno a ellos. 

Los enemigos de Pablo fueron a buscarlo a la casa de Jasón, pues allí se estaba hospedando (17:7).  Lucas no menciona quien era Jasón, pero en una de las cartas de Pablo lo presenta como pariente suyo.
(Romanos 16:21)  Os saludan Timoteo mi colaborador,  y Lucio,  Jasón y Sosípater, mis parientes.

Como no encontraron a Pablo, se llevaron a Jasón para acusarlos ante las autoridades…
(Hechos 17:6-8) Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá;  (7) a los cuales Jasón ha recibido; y todos éstos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús.  (8) Y alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo estas cosas.

Aunque es cierto que los creyentes consideran que Jesús será rey sobre toda la Tierra, es más una profecía que una “amenaza contra el César”.  Pero los enemigos usaron ese argumento porque sabían qué palabras harían reaccionar a los romanos. Felizmente no encontraron a Pablo sino sólo a Jasón, quien era conocido por las autoridades ya que vivía allí.  A él lo dejaron libre al final…
(Hechos 17:9) Pero obtenida fianza de Jasón y de los demás, los soltaron. 

Para proteger a Pablo y a Silas, los enviaron a un pueblo vecino…
(Hechos 17:10) Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. 

De nuevo, vemos que ellos se dirigieron inmediatamente a la sinagoga.  En esta ocasión, los recibieron mejor…
(Hechos 17:11) Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica,  pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.

Los creyentes de Berea son un buen ejemplo a todos, pues ellos no sólo escucharon respetuosamente el mensaje de Pablo, y sin prejuicio, sino que filtraron su mensaje a través del filtro de la Palabra de Dios.  Eso deberíamos hacer todos. 
(1 Tesalonicenses 5:21)  Examinadlo todo;  retened lo bueno.

Muchos judíos en Berea creyeron en Jesús por el testimonio de Pablo, y porque confirmaron su mensaje en las Escrituras.  Pero no sólo ellos creyeron, sino también griegos. 
(Hechos 17:12)  Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres. 

Pero a los judíos de Tesalónica les llegó la noticia que Pablo estaba en la ciudad vecina, y lo persigueron hasta allí…
(Hechos 17:13)  Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes. 

Ante esto, los hermanos decidieron mandar lejos a Pablo para protegerlo. 
(Hechos 17:14)  Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí. 

Aparentemente, ellos pidieron que Timoteo y Silas se quedaran allí para seguir compartiendo con los creyentes…pero no fue por mucho tiempo, porque Pablo los mandó a llamar. 
(Hechos 17:15)  Y los que se habían encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen, salieron. 

PABLO EN ATENAS
Mientras que esperaba a sus compañeros, Pablo no se quedó escondido sino que salió a dar una vuelta por Atenas y se dirigió a la sinagoga de la ciudad.
(Hechos 17:16-17)  Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.  (17)  Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. 

Hasta ahora, Pablo había compartido principalmente entre los judíos, y también con los gentiles temerosos de Dios que iban allí.  Pero en esta ocasión salió a la calle.  En Atenas, los filósofos se reunían en las plazas para exponer sus pensamientos, y allí Pablo decidió compartir lo que creía…
(Hechos 17:18-21)  Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.  (19)  Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?  (20)  Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas.  Queremos, pues, saber qué quiere decir esto.  (21)  (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.) 

Los filósofos que Lucas menciona son de dos corrientes de pensamiento:
a.  Epicúreos: filosofía que promueve la búsqueda del placer sobre todas las cosas.  No creen en la vida eterna, sino sólo en la vida temporal, por lo tanto deben disfrutarla tanto como puedan. 
b.  Estoicos: A diferencia de los epicúreos, los estoicos exaltaban el domino del alma y las pasiones, pues creían que la verdad y el bien se encuentra a través de la razón.

La curiosidad de los griegos no era tanto espiritual como filosófica.  Simplemente quieren saber por amor al conocimiento, no tanto amor por la verdad ni amor a Dios.  Dado que los atenienses no conocían al Dios de Israel, Yehová, entonces les habló en forma que ellos pudieran entenderle…
(Hechos 17:22-28) Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; (23) porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: Al Dios no conocido.  Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.  (24)  El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, (25) ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.  (26) Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;  (27)  para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.  (28)  Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. 

Pablo también aprovechó a hablar en contra de la idolatría, que tanto le había chocado en su paseo por la ciudad…
(Hechos 17:29) Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. 

También aprovechó a hacer un llamado al arrepentimiento…
(Hechos 17:30-31)  Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;  (31)  por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. 

Este mensaje ya no les gustó a los atenienses, y dejaron de escucharlo. 
(Hechos 17:32)  Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. 

Pero el discurso no fue completamente en vano, pues algunos creyeron.
(Hechos 17:33-34)  Y así Pablo salió de en medio de ellos.  (34)  Mas algunos creyeron,  juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.

El mensaje del Evangelio es tanto para judíos como para gentiles, pero no siempre se comparte de igual forma.  Los judíos ya creen en Yehová, y por eso Pablo les habla con ellos directamente sobre el Mesías.  Pero los gentiles no conocen al único Dios, ya que ellos están expuestos a muchos dioses falsos.  Por lo tanto, el mensaje a los gentiles debe comenzar con presentar a Dios, y luego al Mesías y su plan de salvación.



2 comentarios:

  1. Excelente obsevacion de como Pablo se dirije a los Ateniences (22-28) citando a un par de filosofos (creo uno de ellos griego) y de esta manera llamar a su atencion ya que ellos responderian mejor a su mensaje si podia establecer comunicacion comun con ellos.

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  2. Pablo termina desanimado xq no obtuvo los resultados a los q estaba acostumbrado de conversión de muchos es x eso q a corinto llega sin ánimos y un encuentro con Jesua(visión) la ayuda económica de solas y timoteo y la pareja de aquila y su esposo es q se da cuenta de la mano de Dios q lo anima. Pablo entiende q aún con tremendo speach no es su sabiduría la q cambia corazones sino es Jesús, x ello con corinto aprende la lecxion

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